Con todo el tiempo que tenemos en este planeta, es importante probar diferentes formas de vida y lugares para vivirla, aprender todo lo posible sobre lo que existe y lo que más te gusta. Una experiencia especialmente reveladora es vivir en una metrópolis tan concurrida como Londres, Madrid o París, y visitar un paraíso modesto y tropical como Costa Rica. Estas son algunas de las cosas que aprendes cuando vives en una jungla de concreto y viajas a Costa Rica.
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1. Tienes una nueva apreciación por los sonidos de la naturaleza.
Cuando vives en una ciudad, a menudo te puedes encontrar anhelando el silencio, un escape de los sonidos de la bocinas, trenes, y personas escandalosas. Cuándo visitas un lugar aislado en la naturaleza, te das cuenta de que es difícil encontrar un silencio real en cualquier lugar, pero el sonido de los pájaros cantando, el zumbido de los insectos, las hojas susurrando en los árboles o las olas en el mar descubres lo que es realmente la relajación.
2. Te das cuenta de lo importante que es el autocuidado.
La vida en la ciudad es intrínsecamente ocupada y, a veces, abrumadora. Es fácil olvidar entre el bullicio de una vida cotidiana acelerada, dedicar tiempo a cuidarnos a nosotr@s mism@s, incluida nuestra dieta, nuestra piel y nuestra paz interior. Solo se necesita un tiempo en la naturaleza como hacer yoga en las hermosas playas de costa rica y en los relajantes bosques de Costa Rica para sentirse completamente renovad@.
3. Aprendes a valorar espacio personal.
Una ciudad ocupada te garantiza una gran cantidad de gente de prisa a tu alrededor donde quiera que vayas. Realizar un viaje en solitario te ayudara a contemplar que la naturaleza es un placer incomparable después de vivir entre multitudes.
4. Ves el planeta a través de nuevos ojos.
Puede ser difícil recordar la importancia de cuidar el planeta cuando vives en una jungla de concreto olvidas lo que es ser un viajero sostenible, pero poder sentir el pasto, beber agua que proviene directamente del suelo y no una botella de plástico, ver la puesta de sol sobre el océano y no a través de rascacielos realmente son momentos únicos.
5. Te vuelves más relajado.
Esto debería ser evidente, pero es verdad. El estrés es un residente principal de la ciudad, y esa energía negativa impregna el aire, afectándonos a todos. Cuando te escapas de eso y te acercas a la naturaleza pura, es mucho más fácil afrontar los desafíos habituales de la vida cotidiana.
Entonces ¿qué estás esperando para viajar a Costa Rica y absorber esta relajación natural que tanto necesitas?